martes, 12 de octubre de 2010

Sexo Adicciones Recuperacion

Dra. Aura Mione


Alcohólicos Anónimos dice: “Todos tenemos problemas sexuales. No
seríamos humanos si no los tuviéramos”. Como de costumbre, los
iniciadores de AA sabían de lo que estaban hablando en lo que se
refi ere a la adicción.
El sexo puede ser un área de gran difi cultad y una barrera perturbadora
de la intimidad para las personas en recuperación. ¿Por qué?
– El uso excesivo de alcohol u otras drogas puede interferir
con su capacidad física para funcionar sexualmente, causando
impotencia en los hombres y pérdida de respuesta sexual en
las mujeres.
– La culpa. Quizá se sientan culpables o avergonzados de
algunos actos sexuales que hicieron cuando estaban bajo la
infl uencia, o quizá la única forma en que se atrevían a ser
sexuales era usando alcohol u otras drogas para sobreponerse
a sus inhibiciones. Como dice el dicho: “El superego es soluble
en alcohol”.
– El temor puede ser un gran obstáculo también. El temor al
sexo, a hacer el ridículo o a ser utilizados y lastimados.
– La ignorancia siempre juega un papel importante cuando
la sexualidad es caóticamente compulsiva o meramente
inexistente.
La mayoría de nosotros no tuvo educación sexual alguna, y si la tuvimos
se higienizó hasta el punto del aburrimiento. O bien, nuestra educación
sexual proviene del Playboy, Penthouse y Cosmopolitan, que realmente no
son fuentes realistas. (Un comediante norteamericano, Mort Sahl, alguna
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vez dijo que toda una generación de hombres, acostumbrados a las páginas
centrales del Playboy, crecieron pensando que su pareja iba a estar equipada
con una grapa en la barriga).
Hablar sobre el sexo: Provoca tensión
El autor Michael McGill escribe que “pocas cosas son tan volátiles en las
relaciones de pareja como es asunto del sexo: identidad sexual, satisfacción
sexual, relaciones sexuales. Esta volatilidad en gran parte se encuentra
latente, bajo la superfi cie, a menudo actuada y experimentada por cada
miembro de la pareja pero rara vez hablada”.
Tanto hombres como mujeres comparten la noción de que la intimidad
sexual debería de llegar naturalmente en una relación amorosa. Hablar
sobre lo que a uno le gusta o no le gusta, sobre fantasías, deseos, etc.
de alguna manera arruina el cuadro degradando el sexo, haciéndolo
sucio y repugnante.
La sexualidad puede ser el área frágil de la autoestima de una persona
en recuperación. En las juntas y en terapia grupal a menudo se incita a
hablar sobre el enojo, temor o depresión, pero el sexo sigue siendo un tema
tabú para muchas personas, incluyendo a algunos terapeutas. La mayor
parte del tiempo el tema del sexo es simple y sencillamente ignorado y en
ocasiones hasta se promueve que las personas en recuperación no hablen
sobre aspectos sexuales del proceso de recuperación.
Los hombres, el sexo y la recuperación
McGill dice que los hombres son aún más silenciosos y evasivos en lo que
se refi ere a la sexualidad que las mujeres. “Los datos de investigación
sugieren que menos de dos de cada diez hombres han hablado sobre sus
formas favoritas de juego sexual, sobre sus ex-parejas sexuales o sobre
sus fantasías sexuales, aún con sus actuales esposas”. Dice McGill que
los hombres consideran que los asuntos sexuales son la información más
personal que hay, lo último que debe abrirse, si es que se llega a abrir.
Además, es notorio que a los hombres se les difi culta muchísimo hablar
sobre problemas sexuales.
Después de todo, se supone que a éstos debe interesarles el sexo, deben
sentirse excitados e instantáneamente listos para tenerlo y sienten orgullo
al considerarse grandes amantes.
En nuestra cultura, los verdaderos hombres no tienen ansiedad de ejecución.
Los verdaderos hombres no experimentan eyaculación precoz y, por supuesto,
los verdaderos hombres no son impotentes.
Los hombres pueden bromear sobre el sexo, hasta pueden apreciar el
humor con respecto a la inadecuación sexual en otros. Pero no hay muchos
hombres que se atreverían a hacer bromas sobre sus propias inadecuaciones
sexuales.
La ansiedad de ejecución, la eyaculación precoz, la falta de interés en el
sexo, la impotencia, etcétera., son los problemas mayores que enfrentan
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los hombres durante su recuperación. Los pensamientos negativos y las
actitudes irracionales intensifi can estos problemas.
No todos los males sexuales surgen por causas psicológicas.
Sabemos que la depresión, la ansiedad, los temores y las fobias, así como
la culpa y la vergüenza, pueden afectar el funcionamiento sexual. Pero
hay otros numerosos factores que pueden ocasionar difi cultades sexuales.
Algunas de las causas de disfunción sexual en los hombre incluyen:
Alcohol y drogas callejeras: A menudo son utilizados para
promover la excitación sexual pero pueden causar impotencia,
indiferencia sexual (a menudo llamada “pérdida del líbido”) y
eyaculación retardada.
Medicamentos de prescripción: Las drogas utilizadas para
controlar la hipertensión pueden ocasionar una reducción en el
impulso sexual y ciertas formas de impotencia. Los esteroides
utilizados por atletas para mejorar el funcionamiento atlético
podrían tener el efecto opuesto en el funcionamiento sexual y
pueden causar encogimiento de los testículos.
Los tranquilizantes, pastillas para dormir, pastillas para el dolor
y los antidepresivos pueden retardar la eyaculación.
Desórdenes médicos: Una larga lista de enfermedades
puede interferir con el funcionamiento sexual: desórdenes
hormonales, enfermedades cardíacas, pulmonares y
vasculares (tales como infarto o enfi sema), desórdenes
neurológicos (esclerosis múltiple, parálisis cerebral o tumor o
trauma en la espina dorsal), problemas hepáticos o renales,
la obesidad o envenenamiento de plomo o herbal. Todos
éstos pueden contribuir a la impotencia y a otros desórdenes
sexuales.
Cualquier persona que tiene un problema sexual persistente, debe buscar
una consulta profesional con un médico o terapeuta califi cado que se especialice
en desórdenes sexuales para que estos problemas puedan ser debidamente
diagnosticados y tratados. Existen muchas intervenciones efectivas que
incluyen educación, tratamientos médicos y quirúrgicos, psicoterapia individual
o terapia de pareja.
El sexo como intimidad: confl icto básico
Para muchos hombres, el sexo y la intimidad son inseparables. De hecho, el
sexo es intimidad. De acuerdo al McGill Report, una de las áreas principales de
confl icto sexual y malentendidos entre hombres y mujeres, es la tendencia
de los hombres a ligar la intimidad con el sexo. Los hombres tienden a
pensar que el acto sexual en sí es evidencia sufi ciente de intimidad, que él
es la expresión suprema de intimidad y que nada más es necesario para
manejar los asuntos sexuales en una relación.
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Como dijo una mujer en una investigación sobre la intimidad masculina:
“Los hombres sólo conocen una forma de ser sexy: “tener relaciones
sexuales. No pueden entender que una mujer quiere cierta atención física
que no siempre acaba en eso”.
Otra mujer expresó su frustración: “Yo soy de la opinión que sentirme
cercana a alguien implica compartir. Él piensa que signifi ca tener relaciones
sexuales... La idea de tener una relación íntima con alguien, para mí, es
poder compartir tus emociones y sentimientos más profundos, no evitarlos.
Cuando me siento ansiosa o insegura, quiero hablar con alguien que
me escuche, no sólo las palabras que estoy diciendo sino también mis
sentimientos. Cuando él se siente ansioso o inseguro quiere sexo; le da
seguridad.”
Cuando ella siente que ha logrado algo importante, quiere compartir
su alegría. Cuando él tiene algo especial que celebrar, espera tener sexo
especial como recompensa.
Cuando ella se siente triste, se consuela teniendo un hombro donde
llorar y que alguien sienta empatía hacia ella. Cuando él se siente triste
quiere ser seducido para olvidar su tristeza.
Cuando ella se siente enojada quiere abrir el tema, hacerle saber cómo se
siente y por qué. Quiere pelear. Cuando él se siente enojado quiere hacer el
amor. Piensa que el sexo puede solucionar cualquier cosa, enmendar todo
lo que esté mal. “Es por eso que digo que la diferencia entre mi esposo y yo
es que yo quiero compartir y él quiere tener relaciones sexuales”.
Ella resume: “Parece que él piensa que si está compartiendo su cuerpo
entonces se está compartiendo. No entiende que hay otras formas de ser
amoroso sin hacer el amor, o si lo entiende, no hace nada al respecto”.
Muchos hombres cometen el error de pensar que pueden ser más
expresivos y amoroso al tomar un curso veloz de fi siología sexual y técnicas
para hacer e amor. Lo más importante, sin embargo, son las actitudes y los
sentimientos que se encuentran bajo la sexualidad masculina.
Claro que un mayor conocimiento sobre el comportamiento sexual y más
atención a las necesidades de la pareja pueden mejorar una relación. Pero puedes
estar seguro de que encontrar el Punto G, o experimentar con una variedad de
caricias o posiciones sexuales no contribuirán a la intimidad si los sentimientos
de afecto, cariño y consideración son falsos, forzados o ausentes. Los hechos
fi siológicos pueden ser interesantes e intelectualmente retadores y las técnicas
pueden ser excitantes, pero no tiene nada que ver con la experiencia del sexo:
el sexo cariñoso y compartido con una pareja amorosa.
El sexo y la mujer en recuperación
Muchas mujeres adictas tienen una historia de abuso sexual y explotación.
No sólo estamos hablando de mujeres que han tolerado a esposos violentos,
estamos hablando de violación, incesto y brutalidad.
Aunque no hay estadísticas internacionales sobre este tema, muchos
terapeutas especialistas en adicción estiman que casi el cincuenta por ciento
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de sus pacientes mujeres reportan haber sido abusadas sexualmente durante
su infancia o adolescencia.
Los expertos están de acuerdo en que el abuso sexual es especialmente
devastador para la autoestima de las mujeres. Cuando una mujer es víctima
de abuso sexual, la sociedad la incita a cargar con la culpa y el estigma de lo
sucedido. Se siente impotente, segura de que no vale nada, que es una mala
persona y, por lo tanto, disponible para las demandas de cualquier hombre.
Las mujeres en recuperación necesitan hablar sobre su vergüenza, culpa
y enojo para poder sanar. Sin embargo, muchas mujeres temen hacerlo.
Es difícil que una mujer hable sobre lo que realmente le preocupa si hay un
hombre en el lugar. Toda la comunidad de alcoholismo está comenzando
a reconocer esto. Las mujeres necesitan los cuidados y el apoyo de otras
mujeres.
Sanar sexualmente
Algunos terapeutas sugieren que las mujeres aprendan sobre sus propios
cuerpos y sentimientos. Se sugiere que ellas deben tratarse sensualmente,
tomar baños de tina con burbujas, aprender a tratar sus propios cuerpos
como si fueran sus propias amantes. Deben aprender a masturbarse y llegar
a tener orgasmos para poder decirles a sus amantes cómo proporcionarles
placer.
Para algunos este consejo puede sonar poco convencional, pero aquellos
que reconocen la angustia del confl icto sexual de algunas mujeres en
recuperación no lo condenarán tan rápidamente. Es interesante notar que
muchas mujeres encuentran verdadera intimidad y satisfacción sexual al
trabajar en reconstruir una vida sobria y una autoimagen saludable.
Sugerencias para una recuperación sexual
1. Utilizar el sexo como una expresión de sentimientos positivos
dentro de una relación, no como una manera de manejar
sentimientos negativos.
2. Evitar usar el sexo como un reemplazo de sustancias
psicoativas.
3. Evitar ser prisioneros de la trampa de ejecución en el sexo.
No es simplemente otro evento atlético. Cada experiencia debe
ser disfrutada sin tomar en cuenta estándares preconcebidos
de ejecución.
4. Evitar ser prisioneros de la trampa de apariencias. Muy
pocos de nosotros somos un diez. Debemos tratar de ser tan
atractivos como podamos, sin tener que ser perfeccionistas.
5. Estar preparados para tensiones y temores. Algunas viejas
heridas de experiencias negativas pueden resurgir después
de la luna de miel que muchas personas experimentan justo
después de un tratamiento.
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6. Responsabilizarnos de nuestras necesidades y preferencias
sexuales. Las parejas deben discutir abierta y específi camente
lo que les proporciona placer y con lo que se sienten cómodos
sexualmente; esto debe llevarse a cabo de manera no culpígena
ni amenazante.
7. Estar abiertos a temores y disfunciones. Algunas personas
sentirán mucho temor y pueden tener disfunciones durante la
recuperación temprana. A menudo es necesario buscar ayuda
profesional.
8. Darle tiempo a la recuperación. Muchos problemas sexuales
desaparecen con una buena recuperación. La mayoría de los
terapeutas sexuales prefi eren que las personas adictas tengan al
menos un año de recuperación antes de entrar a terapia sexual
o de parejas.
9. Nunca utilizar el sexo como un arma. Es muy destructivo
evitar o prometer sexo como castigo o recompensa.
10. Hablar. Si hay secretos profundos con respecto a la
sexualidad, éstos deben ser hablados en terapias individual
o en el Quinto Paso (del Programa de Doce Pasos de AA). Los
secretos son muy destructivos.
11. No sustituir la recuperación con el romance; si una persona
adicta en recuperación está involucrada con otra persona en
recuperación, es necesario que ambas tengan sus propios
programas de AA.
12. No mezclar la relación de apadrinamiento o amadrinamiento
con relaciones románticas o sexuales.

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